lunes, 2 de noviembre de 2009

CUENTO

biotecnología y sociedad
Ibarra Hernández Itzel
1MM1
CUENTO

………..y llegue a ese mismo lugar, donde sabia se encontraba todas las tardes, eran cotidianas sus acciones ahí; llegaba al parque, buscaba alguna banca que se encontrara debajo de un árbol y se sentaba a ver su alrededor. Yo pienso que por su mente pasaba lo mismo que por la mía; cerré los ojos y cuando nuevamente los abrí note que me observaba así que decidí marcharme.
Camine por la calle y mientras lo hacía miraba detenidamente a las personas, pero parecía que todas ellas estaban muy ocupadas, pues iban y venían con mucha prisa. Me dirigí al lugar de siempre, un lugar el cual Francisco me había dicho es mi casa, entre y ahí estaba él esperándome, lo primero que me pregunto fue si había visto a aquel joven en el parque y yo le respondí afirmativamente.
Y así pasaban los días de lo que parecía ser mi vida, pues realmente este término aún no lo podía comprender como otras cosas que las personas conversaban, pero de las cuales me comenzaba a familiarizar, pues el interactuar diariamente con ellos daba como resultado que mi ideal fuera seguir sus pasos.
Al día siguiente seguí con mi rutina diaria, llegar a ese hospital y realizar mis labores a favor de los humanos, pero para cuando llegara la noche algo habría cambiado.
Esa misma tarde el se acerco a mí y me dijo que había notado que todas las tardes lo observaba, realmente no sabía que contestar y lo único que pude hacer fue mirarlo fijamente. Era la primera vez que cruzábamos palabras y me invito a tomar asiento para platicar un poco, y fue en ese momento cuando me dijo que yo era diferente a las personas, pues desde que el y yo nos encontrábamos en el hospital nunca había cruzando palabra alguna con el, y que todas esas veces que muchas personas lloraban afuera de las salas de emergencias por alguna persona que estaba a punto de morir ningún sentimiento había llegado a tocar mi ser y comprender por lo que las personas pasaban, y que nunca me vio derramar una lágrima por ver como algunos niños luchaban por sus vidas postrados sobre camas por enfermedades terminales o accidentes.
Inmóvil ante sus palabras lo único que pude decir fue que tenía razón y me marche.
Llegando a casa Francisco se encontraba trabajando sobre una máquina, y no pude evitar interrumpirlo, así que le pregunte lo que era un sentimiento, pues era una palabra que el chico me había mencionado esa tarde; el entró en un abismal silencio sin saber que responder, pero al final me dijo que era algo que solo las personas pueden comprender, entender y sentir, y que aunque mil veces me lo repitiera yo no podría sentirlo. Fue entonces cuando descubría que era lo que quería dar a entender pero que realmente tenía razón, yo no podía sentirlo, pues lo único que estaba conectado a mi corazón eran miles de cables que lo hacían funcionar mas no vivir como una persona, y yo quería descubrir los sentimientos pero pensé que tal vez Francisco olvido programarlos cuando me construyó……………

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