lunes, 2 de noviembre de 2009

Se necesita un corazón

Mi nombre es Fernanda y esta es la historia de mi vida, en la que sucesos como cualquier otros pudieron cambiar mi manera de ver las cosas.

Hace un par de años conocí a un chico, el típico chico que me haría banbaer al pasar, era delgado y atlético, su cabello castaño era rizado, usaba lentes (pero a pesar de ellos no se ocultaban sus tiernos ojos), recuerdo cada rasgo de el, su voz, su aroma, el sonido de sus risa, realmente para mi era el muchacho perfecto.
El día en que lo vi por primera vez me intrigo su manera tan fría de tratar a todas las personas, era muy distante con los compañeros del salón, pero había algo, algo que me llamaba la atención y no podía evitarlo, trate de hablarle pero el busco la forma de evitarlo, sabia que me observaba. En una ocasión el profesor de tecnología de los materiales nos dijo que formáramos equipos de tres, yo me agrupe con mi amiga Daniela, pero al faltarnos un integrante el profesor nos asigno a Sebastián. No recuerdo el tema que nos toco, pero lo que teníamos que hacer era una exposición de los procesos que tenia que llevar los engranes para volver sus dientes resistentes.
De esta forma empezamos a conocernos, poco a poco nuestra amistad creció y después de un años de muchas salidas y muchos juegos, Sebastián y yo nos volvimos novios, todo era maravilloso, disfrutábamos juntos cada atardecer, no sabia por que la agradaba tanto ver como salían las estrellas, pero me encantaba estar a su lado, por eso soportaba fríos sin fastidiar. Así pasamos dos años mas, pero el día de la fiesta de mi cúmplenos no llego, tampoco asistió a la escuela, le llame por teléfono, le mande mensajes y ni rastro de el, decidí ir a su casa a ver que pasaba a y no se encontraba nadie, pregunte pero nadie me dio razón de su paradero, esta al principio molesta por que el no estuvo conmigo, pero después mi molestia se convirtió en preocupación, en una grana angustia por que sentía que algo malo pasaba, solo sabia eso y nada mas.
Pasaron mas de tres semanas, yo realmente esta muy triste por que Sebastián significaba mucho para mi y el no saber nada de él hacia que pasaran por mi cabeza muchas cosas, pero finalmente llegó a clases, lo vi entrar desde mi asiento, estaba muy pálido y delgaducho, parecía como si hubiese enfermado. Al llegar el cambio de clases, me levante de mi lugar y camine hacia el , estaba muy decidida a preguntarle que era lo que ocurría, pero el me tomo en brazos y no me dejo hablar, me dijo que me había echado mucho de menos, que no aguantaba estar sin m; al cuestionarlo por su comportamiento el me dijo que lo disculpara por no poderme decir pero que no volvería a pasar algo como eso, no pude continuar con mi interrogatorio por que después de todo yo también lo extrañaba, después de clases fuimos a tomar un café.
Llego el día de nuestra graduación, Sebastián y Daniela lucían realmente encantadores con sus birretes y su toga, tome muchas fotos ese día, pero Sebastián me pidió que se las prestara por que quería imprimirlas y ponerlas en un álbum que según el seria de mi agrado. Se organizo un baile en un antro del centro de la ciudad, bailamos hasta le media noche, por que al sonar las 12 Sebastián me abrazo y me condujo a una silla donde me tomo firmemente de las manos y me miro fijamente a los ojos, me dijo que me amaba y que su mas grande deseo era poder darme un corazón fuerte, pero que en ese momento no podría por que….Sebastián cayo al suelo, trate de sujetarlo pero no pude su cuerpo escurrió entre mis manos, cayo y después no supe que paso, cuando reaccione estamos en una ambulancia con miles de aparatos que no sabia para que servían, sus latidos eran débiles. Bajamos de la ambulancia, sus padres nos esperaban, todo paso demasiado rápido, entro al quirófano, pasaron horas, llego un medico y otro medico, ningún tratamiento sirvió, Sebastián estaba muriendo y yo su novia no podía hacer nada, me sentía impotente ante aquella situación, alfil salio, tenia un respirador y un aparato que hacia que su corazón no se detuviera, no sabe como le agradecí a ese aparato el que me permitiera ver por ultima vez al chico de mis sueños.
Pasamos a visitar a Sebastián uno por uno, su madre, su padre, Daniela y el pidió que yo fuera la ultima, al entrar no pude evitar sonreír a ver de nuevo sus ojos abiertos, me acerque, bese sus labios, y me dijo que cada segundo de su vida había sido maravilloso a mi lado, calló y yo le dije que me permitiera hacer algo por el, que se quedara conmigo otro atardecer mas, en ese momento me explico el por que ese gusto por ver las estrellas, me dio que cada una significaban una esperanza mas, una luz a pesar de la oscuridad, que una personas como el esperaba solo una noticia, que hubiera un corazón disponible para continuar con su vida, lo abrace, el suspiro, me dijo que siempre estaría conmigo, se despidió, cerro sus ojos y ya nunca los abrió.
Salí de la habitación, Daniela corrió a mi lado y me pidió perdón, ella sabia que le había pasado a Sebastián cuando desapareció, ella sabia que había estado en el hospital, sabia que necesitaba un corazón, me pidió perdón por que Sebastián le había pedido guardar silencio para que yo no sufriera y le pidió que cada vez que estuviera triste me dijera el me cuidaba y que quería que fuera feliz. Esta es mi historia, por esta razón estoy aquí, estoy tratando de buscar una solución para un problema que aqueja a gran parte de las personas en el mundo, muchos necesitan un corazón o un órgano vital para vivir, no quiero que la gente siente impotencial ante la enfermedad de un ser amado, no quiero que se repita mi historia

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