domingo, 23 de agosto de 2009

FOMENTAR LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA EN MÉXICO

Martínez Hernández Guadalupe Ana Gabriela

De manera muy personal, la ciencia y la tecnología en una nación es el elemento fundamental para su desarrollo. Contribuir a que ésta sea fomentada puede ser tan fácil o complicado como cada ciudadano desee. Mi manera de ver a un pueblo mexicano carente de los hábitos básicos para valorar una cultura forjada por varias generaciones, es sencillamente decepcionante. Sin llegar a la indiferencia, no puedo sentir constantemente el deseo de contribuir a una nación que no valora sus propias riquezas.

Pero sin lugar a dudas, el hecho de continuar la cadena complica más el panorama y nos arroja un país cada día más inculto y con ello manipulable a otras naciones vecinas. Es por este motivo que me siento con el derecho y la obligación de “hacer mí parte” y esperar que quizá cada día alguien pueda verse contagiado de un poco de entusiasmo y logremos mejorar México. Contamos con un pueblo lleno de costumbres y con una cultura muy rica, desde los inicios de nuestro pueblo hemos tenido tradiciones incomparables y la diversidad de naturaleza con la que contamos tendría que hablarnos de una potencia mundial, que desafortunadamente no sucede.

El estereotipo de la familia mexicana esta repleto de valores y costumbres, sin embargo, en las calles seguimos encontrando gente que carece totalmente de ellos, como si no fuera parte del seno de una de esas familias mexicanas. Y de esta manera encontramos constantes incongruencias en todos los mexicanos, contamos con gente realmente valiosa, culta y llena de ganas de sacar a este país adelante, que por desgracia siguen en el anonimato para muchos. Y del otro lado personas que no dejan de llevar como bandera un país en decadencia sin ninguna esperanza a progresar, que quizá tengan sus argumentos validos, pero con ellos solo contribuyen a la construcción del país que no desean. Entonces, ¿Cómo podemos definir al pueblo mexicano? Quizá con una nación olvidada e indiferente de sus raíces o como un grupo quizá reducido, pero aun con la esperanza de progresar mediante la educación que con mucho esfuerzo les otorgan a sus hijos.

Como joven de este país me veo con la necesidad de valorar mis raíces y fomentar mis propias ganas de salir adelante y contribuir al suelo que me vio nacer. Uno de los fundamentales defectos que tenemos es el tan afamado calificativo “Malinchista” [1] que en nada ayuda a una nación como la nuestra, cansada de ser señalada como egoísta, individualista e indiferente. Y es aquí cuando surge la pregunta ¿Vale la Pena luchar y fomentar ciencia y tecnología en un país que no lo valora? Yo creo que si, que no solo lo vale, si no que lo requiere, requiere esfuerzo individual que se refleje en uno colectivo.

Pero ¿Qué puede hacer una alumna politécnica de clase media por todo un país? En realidad más de lo quizá yo misma pienso. Leer, ir al teatro, escuchar música mexicana, y no hablo del folklor que nos caracteriza y es hermoso, pero no tan comercializable como otros géneros, hablo de las bandas mexicanas que no hacen daño al buscar su sueño en un país que los humilla por ser locales y los suplanta con extranjeros; ir al cine a ver una película mexicana, leer mi gaceta politécnica y enorgullecerme de mi país, son aspectos que no me roban más de 1 o 2 horas al día y que hacen más por mi nación y compatriotas que las 2 horas que gasto en la fila de un juego de six flags con la recompensa de 6 segundos de adrenalina.

La situación económica es desgastante en México, y uno de los pretextos más recurrentes para ignorar la cultura y tecnología en nuestro país. Pero no se requiere de dinero, no es el ingrediente fundamental de esta controversia, lo importante serían las ganas de hacer las cosas, de interesarse por visitar un museo el domingo con descuento casi del 50% a estudiantes, en lugar de ir a ver la ultima película de Harry Potter. Leer un libro en el Metro de esos que solo con tu boleto de $2 te prestan todo tu camino, en lugar de ir escuchando música en tu iPod de $3,500 o tu celular con Cámara de 3.2 mega pixeles, que solo promueven la delincuencia. No digo que sea malo hacer lo anterior, sin embargo creo que es IRRESPONSABLE tapar nuestra falta de interés con pretextos tontos como la crisis. Crisis que no se ve reflejada en los estadios de fútbol cuando juega México y los boletos se agotan en una semana. ¿Y los boletos para la obra “El Hombre Mediocre”? esos que cuestan $30… Si… esos siguen a la venta.

Este país cuenta con personalidades que regalan la cultura a manos llenas, en un país en donde ésta simplemente es humillada, ultrajada y denigrada. Vemos por todos lados boletos de teatro a precios mucho más baratos que una pizza personal de Domino’s en el metro, programas culturales en canal 11, 22, de la tv abierta, que por supuesto, no vemos porque la telenovela que refleja una burla de nuestra sociedad es más interesante.

Retomando la Pregunta, ¿Y qué puedo hacer yo? Simplemente llevar a la práctica esta reflexión y no dejar en un simple ensayo de la escuela para una calificación, leer, estudiar, interesarme por proyectos que se realizan en mi propia escuela y que ignoro sin valorar el desempeño tecnológico que tienen. Navegar quizá media hora en las páginas de CONACULTA, visitar el teatro 1 o 2 veces al mes. No dejar de hace lo que me gusta, pero sí hacer lo que “me corresponde” y que sin miedo a equivocarme me daré cuenta que son hermosos y satisfactorios momentos dentro de mi país. Contagiar a mi entorno de esto hará de mí, la persona que México necesita.

[1]Este termino proviene de la cultura mexicana, surge en la época de la Conquista. Malineli Tenepatl, mejor conocida como "La Malinche" indígena que ayuda a Hernan Cortez como interprete y gracias a ella los españoles consiguieron forgar alianzas y asi vencer a los aztecas. La Malinche también fue amante de Cortez con el que tuvo un hijo. De ahi proviene el termino malinchismo para denominar a la preferencia por lo extranjero antes que lo nacional, también se puede usar para alguien que desea ser extranjero o favoritismo.’

Referencia (Davo Valdés, “El Malinchismo en México”, 2007, http://davotanko.blogspot.com/2007/11/el-malinchismo-en-mxico.html)

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