viernes, 21 de agosto de 2009

La educación en México

Al hablar de la educación en México debemos forzosamente situarnos en el contexto socioeconómico en el que se desenvuelve el ámbito de la enseñanza.
Aspirantes, alumnos, profesores y demás protagonistas que giran alrededor de las instituciones educativas enfrentan hoy por hoy el debate del derecho a la educación superior. Comencemos entonces abordando el tema desde las diferentes perspectivas; Las Naciones Unidas, en el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, menciona en su artículo 13:
· La "enseñanza primaria debe ser obligatoria y accesible a todos gratuitamente";
· La "enseñanza secundaria, en sus diferentes formas, incluso la enseñanza secundaria técnica y profesional, debe ser generalizada y hacerse accesible a todos, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita";
· La "enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita"[1]
Cabe observar entonces, que por ley, la sociedad Mexicana, perteneciente a la ONU, tiene derecho a la educación Básica y Superior, sin embargo, hagamos criterio con lo referente a nuestra propia Constitución en su artículo No3:
Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -federación, estados, Distrito
Federal y municipios-, impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria.
La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia. [2]

Podemos aseverar entonces que las leyes que nos rigen como mexicanos, atienden a una perspectiva muy distinta que la que se maneja internacionalmente, esto se debe a la adaptación que de nuestras leyes se hace según nuestra situación nacional. Una vez hecha la observación a estas importantes referencias de la educación es posible decir que todos los mexicanos cuentan con el derecho a la educación básica, sin embargo ¿Tienen los mexicanos igual derecho a la educación superior?

En México, es común confundir los términos “derechos” y “oportunidades”. Abordando esta idea desde el ámbito de la educación Básica, todos tenemos derecho a cursarla, sin embargo las oportunidades son —como día a día se nos recuerda en los noticieros y los periódicos— claramente desiguales e insuficientes, esto refleja a su vez que la situación económica del país, no admite un aumento de presupuesto para permitir que el numero de estudiantes aceptados por las universidades aumente de forma que no haya un sobrecupo y que además, cada estudiante tenga a su disposición, los recursos necesarios para llevar a cabo su preparación profesional.

El debate tiende a crear una nueva pregunta cuando se habla de los exámenes de colocación. ¿Es justo que las Universidades públicas tales como la UNAM o el IPN elaboren exámenes para seleccionar a sus estudiantes dejando fuera del sistema a muchos otros aspirantes?

Por desgracia, la respuesta es si. Las Universidades están consientes de la capacidad de estudiantes que pueden aceptar; superficialmente la sociedad en general da por hecho que un lugar en una escuela solo es una banca dentro de un aula, esta idea es claramente falsa, cada alumno requiere de equipo de laboratorio, salones con condiciones especificas para el buen desempeño, equipo didáctico, bibliotecas, infraestructura y más.

El país hoy por hoy, sufre de una crisis económica no solo por los cambios internacionales sino por la falta de pericia al administrar los bienes nacionales. A pesar de que no es la finalidad del presente ensayo criticar el encauce financiero del país, si la es el situar a la educación en un contexto real y actual. No podemos ignorar que cada año, el gobierno destina menos fondos para invertir en educación, lo cual ha hecho que no solo sea complicado entrar a una entidad de nivel superior sino que además contribuye a empeorar la calidad de la educación Básica. Hoy en día, los profesores se remiten exclusivamente al “programa” marcado por el “sistema” en una actitud que oscila entre lo mediocre y lo conformista; hoy en día los estudiantes han perdido la voluntad de cuestionarse mas para adquirir mas conocimiento contagiándose de aquel conformismo que también se suma a los contra a los que el aspirante se enfrenta para entrar a una entidad de educación superior, pues, ¿Cómo es posible que estudiantes sin sentido de la investigación pretendan entrar a un sistema en el que la mayor parte de los conocimientos son adquiridos por la propia voluntad?

La cuestiona anterior nos lleva a pensar en otra respuesta ante la principal interrogante, en efecto es justo que se permita entrar a las universidades solo a las personas mas aptas.
La realidad es que solo aquellos con los conocimientos y el real interés de estudiar lograrán acceder a la educación superior; no se escribe esto con la intención de desmeritar a algún aspirante que —por circunstancias diversas y no por ignorancia— haya quedado fuera de las universidades, sino por que en efecto, la educación Básica es un mundo “aparte” en muchos aspectos al mundo de la especialización en la que las bases teóricas aprendidas durante primaria y secundaria se convierten en prácticas y en solo una referencia para comenzar a adquirir nuevos y mas abstractos conocimientos.

En conclusión, no todos poseen el derecho a la educación superior debido principalmente a las aptitudes que para ello se requiere en menor medida y en mayor medida a la falta de fondos que se proyectan para fomentar el mayor ingreso de educandos a las universidades con todos los elementos que esto implica.
La educación es pues sino la única, si la principal formación del ser humano, pues con base en ella el hombre y la mujer actuarán en una sociedad en constante cambio y no sin grandes problemáticas. La falta de estudiantes de un nivel superior solo conlleva al empobrecimiento y deterioro de un país que clama por profesionistas que pongan a su servicio los conocimientos que permitan salir de la crisis en la que se encuentra.

Haciendo caso del Educador e Investigador Pedagógico Luis Alberto Lecuna

“La educación es un instrumento que prepara a las personas para resolver los problemas con los que deben enfrentarse. La democracia política es impensable sin un pueblo educado. Sólo a través de la educación puede desarrollarse un pueblo capaz de gobernarse a sí mismo. La instrucción pública es la medida de la civilización. El poder, la riqueza y la fuerza de una nación dependen de la capacidad industrial, moral e intelectual de los individuos que la componen y la educación no debe tener otro fin que el aumentar estas fuerzas de producción, de acción y de dirección, aumentando cada vez más el número de individuos que las posea”[3]

El criterio entonces apunta a que no es el problema el que las Universidades pasen a los estudiantes por difíciles procesos de aceptación sino a que esto es una problemática en cadena, a menos fondos menos educación, a menos educación o a una educación pobre, conlleva a una falta de aptitudes que serán insuficientes para aprobar un examen que solo permite a un numero de estudiantes por falta a su vez de fondos para mantenerlos.

[1] Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Naciones Unidas. 3 de Enero de 1976
[2] Articulo 3ero de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. 1917 (Extracto)
[3] Articulo Publicado en la Revista “Cultura”: “No hay futuro sin educación” Luis Alberto Lecuna 18 de Octubre del 2004

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